jueves, 20 de marzo de 2008

"Malditas sean las guerras y malditos los canallas que las apoyan"


"La guerra de Irak es justa, noble y necesaria". Palabra de George, te alabamos emperador. Cinco años después del inicio de la invasión de Irak, George W. Bush El conquistador ha pasado revista a la situación. Según nos informa el vaquero de la W, la cosa pinta mejor que la parte terrenal de El jardín de las delicias. Su solemne discurso de autobombo acompaña a los golpes en el pecho de euforia del vicepresidente estadounidense Dick Cheney y el sin par ex presidente español José María Aznar, Che Mari Ansar cuando está entre amigos en el rancho de Austin del jefazo gringo. Por el momento, el único que ha faltado al guateque panegírico de la asquerosa guerra ha sido Tony Blair (Tony Bleeeeeeeeeeer en la dicción aznariana), quizá demasiado ocupado con su labor de doble consejero de las ONG JP Morgan y Zurich, entidades finaciero-celestiales que le han atragantado con decenas de millones de euros. Parece ser que ésa era la verdadera Tercera Vía.

El coro handeliano de 'Aleluya, Aleluya, no pasa nada, la guerra está ganada' invitaría a la carcajada perpétua, si no fuera por la indignación descomunal que uno siente ante tamaña adulteración de la realidad. La frase de intencionada fotocopia de la misa católica -"es justo, noble y necesario" recuerda al nombre con el que Jorgito, Cheney, la CIA y compañía bautizaron la estrategia llamada a responder al atentado del 11-S. La operación "Cruzada infinita" fue anunciada y lanzada entonces a bombo y platillo, sin que a nadie se le ocurriera la ofensa que significaba para todo el mundo musulmán. Si alguien en el sesudo equipo de W. hubiese leído un libro de historia, podría haber caído en la cuenta de las heridas abiertas que dejaron las tres cruzadas cristianas en territorio sagrado durante la Edad Media.

El verbo episcopaliano del telepredicador de Texas ha dejado joyas como éstas: "El aumento de tropas no sólo ha hecho mejorar la situación en Irak; ha abierto la puerta a una gran victoria en la guerra internacional contra el terror"; "Estamos ayudando al pueblo iraquí a establecer una democracia en el corazón de Oriente Medio". Como se ha visto en Palestina, donde todo iba a cambiar a mejor tras la invasión, como profetizaba Blair, la democracia también va camino en Iraq de victoria en victoria hasta la derrota final.

Dick Cheney, el enlace de Halliburton en la Administración Bush, garante de contratos del siglo para su ex compañía en la reconstrucción de Irak, se ha mostrado, fiel a su estilo directo, seco y arrogante, más conciso: "Ha sido una empresa difícil y desafiante, pero no obstante exitosa (...) y bien ha valido el esfuerzo". Guauuu.. "una empresa desafiante". Ha debido ser emocionante aceptar ese desafío... Y sí, sin lugar a dudas, una empresa exitosa. Parafraseando a otro líder de la globalización, Mario Vargas dadme de una puta vez el Nobel Llosa, "el sacrificio del pueblo iraquí ha merecido la pena". Paro un momento para vomitar a lo South Park y vuelvo...

Por último, pero no menos importante, Aznar I de Castilla y V de las Azores, nos ha regalado una vez más su sincera capacidad de autocrítica y fino análisis geopolítico, histórico y pluscuamperfecto. El hombre que habla un dialecto extraño, incomprensible para los alumnos de Georgetown, además de telonero en jersey rosa inenarrable de Mariano tengo cara de perdedor Rajoy, lo tiene claro: "Sin ser idílica, la situación en Irak es muy buena". Ooohh gracias, Dios todopoderoso, Manitú del centro reformista, sostén de la unidad de España, qué grandeza la suya al evitar el adjetivo idílico y dejarlo todo en un simple "muy buena". Eso sí que es humildad, coño, ya podría aprender Nelson Mandela.

En una entrevista a la BBC -no sabemos si con los pies en la mesa y fumando un puro, aunque parece probable por el tono-, Ansar ha asegurado que "hay libertad en Irak", que "la gente puede participar en elecciones, hablar libremente" y, sobre todo, que "el mundo está mejor sin Sadam Husein y sin los talibanes". Bueno, Sadam, a no ser que se haya reencarnado en cucaracha, es verdad que ya no está, pero Che Mari ha olvidado que los Taliban controlan casi la mitad de Afganistán y están más fuertes que nunca. Esa geopolítica, ay, ay, ay... Por supuesto, en Irak "se tomó la decisión correcta" y el galán cachas del bigote "volvería a actuar del mismo modo". Vamos, que ni un paseo por el Día de la Marmota junto a Bill Murray repetido 700 veces le haría cambiar la cara de gilipollas de la foto de las Azores.

Una reunión de las Azores que, por cierto, el Capitán América Aznar recuerda "con especial intensidad porque fue un momento de gran trascendencia para el mundo y para nosotros". Qué bonita y qué entrañable debió ser esa cena. ¿Cantarían el a por ellos, ooooeee? ¿Compartirían puro?, ¿Se la medirían mientras hacían un concurso de escupitinajos para ver quien llegaba más lejos? Un "momento de especial intensidad", lleno de la misma emoción con la que los diputados del PP rompierona a apludir y a dar vítores cuando ganaron sin ninguna deserción en su grupo la votación a favor de la guerra en el Congreso. Jamás una guerra atroz e ilegal que pisoteó a la ONU, al derecho internacional y mandó la Convención de Ginebra a la mierda, fue tan aplaudida. Y jamás unos políticos en España se restregaron tanto en la indecencia, una bajeza con el nombre de las atrocidades en la prisión de Abu Ghraib o la vergüenza internacional de Guantánamo.

George, Dick y José han atronado en armonía la 9 de Beethoven, pero su himno de la alegría del pueblo iraquí tiene un enemigo: la realidad, esa diabólica invención a la que recurren con asiduidad los ateos, pacifistas, amigos de los terroristas, maricones y, como no, Zapatero, y que se empeña en lllevar la contraria al criminal trío de las Azores. Aparte de los 4.000 soldados estadounidenses muertos en combate (ya muy por encima de las víctimas del 11-S), desde la invasión de Irak, fuentes como Irak Body Count, que se basa sólo en pruebas físicas de cuerpos, hablan de una cifra de civiles muertos de 90.000. Por su parte, la prestigiosa revista médica británica The Lancet, que mandó un equipo de médicos ingleses e iraquíes para realizar un estudio fundado, elevaba la cifra en 2006 a 655.000 víctimas. Otras publicaciones independientes situán los muertos más cerca del millón. Por tanto, parece claro que el "sacrificio" que alababa Vargas Llosa y los "ha merecido la pena" de Bush y Cía son frases de una mezquindad moral increíble, a no ser que todos estos próceres del conservadurismo del sigo XXI abracen las ideas del mayor genocida de la historia, el carnicero Yosif Stalin, que acuñó la macabra: "La muerte de unos pocos es una tragedia; la de unos millones, pura estadística".

Junto a la tozuda realidad de las muertes, aunque sean por daño colateral, fuego amigo o simplemente por tener cara de insurgente, estalla el drama humano de la población iraquí. En la actualidad hay un 60% de paro, más del 40% de los iraquíes se sitúa por debajo del umbral de la pobreza y seis millones de personas sobreviven gracias a la ayuda humanitaria, el triple que en los tiempos de Sadam Husein y el doble que en 2004. Además, los cortes de electricidad son continuos durante más de la mitad del día -otro dato peor en comparación a 2004-, se ha sido incapaz de volver a poner en marcha el sistema escolar y, lo más tenebroso, 4,5 millones de iraquíes con nombre, familia, hijos, ilusiones, derechos y memoria se han exiliado a los países del entorno, donde viven en condiciones paupérrimas y azuzados por el racismo contra el pobre, que de algo nos suena en España.

La realidad, qué mala es, vuelve a contradecir al triunvirato de comandantes del Occidente sacrosanto y puro. Sí, es cierto que los asesinatos sectarios, los secuestros y, en general, la violencia entre las facciones chiís y sunís ha disminuido casi en un 50% desde el aumento de tropas estadonidense, el llamado The surge (de 160.000 a a 185.000 tropas en enero de 2007). Pero ¿a qué ha sido debido? A estas alturas las razones son más que evidentes. Estados Unidos ha armado a los sunís y sus líderes tribales se han vuelto contra los terroristas de Al Qaeda por intereses políticos. A l mismo tiempo, las sangrientas milicias chiís de Muqtada Al Sader y la Brigada Bader, del dominante Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak, han guardado los Kalashnikov.... de momento. Todo apunta a que la situación de tensa calma volverá a explotar cualquier día, y a que los soldados estadounidenses serán, como se desmotró en los cuatro años de guerra civil larvada, incapaces de frenal la espiral de violencia.

Este relativo aumento de la seguridad no puede justificar el patético triunfalismo de Los Hombres de Harrelson Bush, porque Irak sigue hundiéndose sin remedio en un peligroso agujero negro al que a las cifras a sangre fría de muerte, pobreza y violencia, se suma la degradación ética del país. Como relataba con brilantez la periodista Mónica G. Prieto en El Mundo, las esfigies y los murales de Sadam Husein y el terror de la dictadura han dejado paso a los socavones de las bombas, las barricadas, los alambres de espino y el deprimente abandono de todas las guerras.

Pero, quizá aún más triste y doloroso, sea que la riqueza cultural y la tolerancia del pueblo iraquí se ha destruído con la invasión. Donde había hospitalidad, ahora hay desconfianza. Donde había valentía, ahora hay miedo compulsivo al futuro. Donde había la generosidad tribal, ahora pisotea la ley de la jungla. Donde existía el respeto a la libertad religiosa, ahora se mata en el nombre del iman Hussein o la dinastía de los Omeya. Y donde la mujer gozaba de una independencia inédita en todo el mundo árabe, ahora es una cárcel vitual donde ellas son recluídas con grilletes en sus casas, obligadas a no trabajar, a no pintarse, a cubrirse la cara, a no rechistar, a convertirse en el medio ser humano aplastado que los fundamentalistas buscan con saña. Ése quizá sea el mayor drama: la podredumbre y culto al odio que se ha instalado en el país, y que miradas emocionantes y valientes han descubierto. Miradas como la de Riverbend, la bloguera (tb en español) ahora callada en su exilio en Jordania, que me pintó con su hermoso corazón y rabia enfurecida ante el invasor la verdadera realidad de Irak en su libro recopilación de entradas Bagdad en llamas. O los ojos de la periodista holandesa Minka Nijhuis en La casa de Khala, impotente testigo de la degradación de una familia culta, tolerante y diversa, borrada de la esperanza por el monstruo de siete cabezas de la intolerancia que salió de las mierdas de tanques de Bush.

Dos pequeños y modestos ejemplos, pero más poderosos que las 3.000 bombas que agrietaron Irak en las primeras 48 horas de la guerra. Que se vayan a la mierda los estadistas dictadores de cátedra y arrogantes corifeos de la invasión. Tomando prestadas las palabras del ex lider de Izquierda Unida Julio Anguita tras el asesinato de su hijo periodista en Irak, Os bobolongos vuelve a gritar más fuerte que nunca esta noche: "Malditas sean las guerras y malditos los canallas que las apoyan".

sábado, 15 de marzo de 2008

'Spitzergate', sexo, traición y cintas de audio

Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. Aunque suene a refrán de la abuela y tópico pasado por la sartén 17 veces, la frase se acopla a Elliot Spitzer como un guante de seda italiano a la mano de Monica Bellucci. Spitzer es el protagonista de la última bomba de sexo, traición, puritanismo y esperanzas rotas que nos ha regalado la mejor cantera de historias cinematográficas del mundo: los Estados Unidos de América. Nadie como los gringos para fabricar héroes, demoler ídolos caídos y sacar brillo a las rendenciones de pecadores que han vuelto a ver la luz. Esta vez la estrella apagada es Elliot Spitzer, genuino representante de la doble moral que atraviesa gran parte de la clase política del país, y que tipos sagaces como Michael Moore o Larry Flint han destapado más de una vez.

Vamos por partes, que decía el carnicero de Rostov. El Spitzergate ha explotado en La Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme -que eternizó La Voz Sinatra- y la República Independiente de Nueva York -que acuñó mi brillante hermano Julián Santana-. Desde que los Neanderthal fueron arrinconados por los Cromagnon, la ciudad que los colonos holandeses compraron por una caja de baratelas a la tribu Lenape ha sido feudo inexpugnable del Partido Demócrata en cada elección presidencial. En ningún otro asfalto de EEUU la palabra Bush suena a akelarre sacrílego como en un mercadillo del Soho, un club de jazz de Harlem, una cervecería de Brooklyn o una pastelería judía de Staten Island.

Sin embargo, para sus asuntos internos, los neoryorkinos han venido eligiendo alcaldes y gobernadores republicanos en los últimos lustros. Orden y un poquito de mano dura policial es el estribillo que quieren oir. Eso sí, cantado por republicanos de tercera vía, políticos que en Alabama serían tomados como miembros del Partido Comunista. Rudy Giuliani, gran héroe mayor del 11-S, divorciado conspicuo y defensor público del aborto, George Pataki, ahora Michael Bloomberg, el hombre que quiere fundar un tercer partido para ser el presidente del centro (¿no iba a ser eso Rajoy?)... Para competir de igual a igual en el mercado interno, los demócratas, tras una larga travesía, encontraron al púgil perfecto: Elliot Spitzer, "cruzado del año" para la revista Time por su labor intachable contra el crimen en la fiscalía de Nueva York.

Elliot, cuyas orejas guardan un asombroso parecido con otro Elliot, ese imborrable niño de E.T, era un político en imparable ascensión. Con la inteligencia y la ética de trabajo judía, duro, insobornable, hecho a sí mismo... Un abogado que ganó fama enfrentándose a los corruptos en la fiscalía general del estado, el mismo sendero que llevó a Giuliani al corazón de los neoyorkinos. Así que, con la buena prensa, el dinero de los lobbies y la reputación de un Elliot Ness revivido, Spitzer ganó con holgura el puesto de Gobernador del Estado. Desde ese plaza, fue sumando apoyos y elogios, mientras coqueteaba con la idea de, en el futuro, lanzarse a la carrera presidencial. En el partido Demócrata estaban encantados.

Pero he aquí que el apóstol de la moral pública, perseguidor (no Cortaziano) de la prostitución y dedicado hombre de familia, en sus horas libres se ponía el antifaz y se convertía en el superhéroe Client number 9, que suena a canción del genio de Minneapolis antes conocido como Prince. San Spitzer el justo se gastaba más de 50.000 euros en putas de lujo, a unos 3.000-4.00 dólares el polvo (bueno, la tarde, imagino que se podría repetir...), y habitualmente invertía la plata (¿del erario público?, ¿dietas?) en una: Kristen. El FBI le tiene grabado y regrabado en conversaciones telefónicas en las que no habla precisamente de obras públicas... Aparte de traicionar a su mujer y alimentar la sed de morbo en vivo de la aldea global (está pasando, lo estás viendo, que diría la CNN), Spitzer ha convertido en estrellas al Emperor's Club VIP y, aún más, a su compañera de habitación del hotel Mayflower de Washington. Que hermosa ironía, el hotel que comparte nombre con el Mayflower Compact, el acta fundacional de la colonia protestante y puritana en Estados Unidos en 1620.

El hombre que glosaba los valores matrimoniales, abobinaba de las mujeres que vendían su cuerpo y blandía la ley como una tabla sagrada de Moisés, se zambullía metódicamente en el oficio más antiguo del mundo. Según la fantástica Heidi Fleiss, gran Madame de Hollywood y ama de llaves de los secretos oscuros de actores, políticos y sacerdotes de la tierra prometida, el cliente número 9, a saber, el buenazo de Elliot, era "un gilipollas arrogante". Buuf, demasiado para el buen samaritano. ¿Habrá grabaciones con las lengua sucia de San Spitzer? Seguro que sí, y seguro que las conoceremos en próximas entregas....

Como Larry Craig, -senador por Idaho, conservador homófobo por fuera, tocador de genitales masculinos en servicios públicos por dentro-, como Ed J. Hoover -deportador de Charles Chaplin y encarcelador de homosexuales de día, gay y trasvestido de noche-, como Newt Gingrich -Mr. 'valores familiares' y martillo de Bill Clinton en la época Lewinsky, mientras le era infiel a su segunda mujer después de abandonar a la primera cuando tenía cáncer-, como Joseph McCarthy -el inquisidor cazador de comunistas y padre de la lista negra, que era un alcohólico compulsivo entre comité y comité del Senado-, como Javier Rodrigo, teniente de alcalde ultracatólico del PP en Palma, autor de la Guía Campsa de prostíbulos cuando cerraba los plenos. Grandísimos hijos de... la moral, políticos que levantaron la antorcha de la pureza, representantes del puritanismo protestante, de la quema de brujas, del proselitismo de un mundo blanco y negro, de buenos y malos...


La historia tiene aún más alicientes. La puta de lujo, de nombre Ashley Youmans, aunque se hacía llamar Ashley Alexandra Dupré (nada como un apellido francés para autosofisticarse en el mercado), ya ha sido entrevistada por The New York Times (¡a eso se llama periodismo exprés!). Resulta que tiene página en Myspace.com (¡las visitas se acercan a los 4 millones, es la era del vouyerismo global!) y que "la música lo es todo“ para ella. De hecho, su canción ya es una de las más descargadas en iTunes, y la chica va camino de convertirse en la nueva Paris Hilton.

La muchacha enseguida ha recitado los 7 pasos que marca el Manual de la pecador/a arrepentida. Viene de un "hogar roto donde sufría abusos", ha estado al borde del colapso existencial por meterse más que Pete Doherty (ahora ya no prueba ni un Marlboro light), llegó a ser indigente y, en realidad, su corazón es puro y sincero: lleva una cantautora en el alma y compone canciones como Podemos cambiar (muy apropiada...). De hecho, se fue a Nueva York hace dos años convencida por un malicioso productor de que su talento musical era tan grande como su dinamismo en la cama. A sus 22 años, asegura que ha aprendido "lo que es tenerlo todo y perderlo una y otra vez". No quiere que la vean como un mosntruo... Ni un telefilm de Antena 3 de los sábados podría tener un guión tan perfecto.

Sus padres se han quedado de piedra al conocer la noticia, aunque a su madre se le ha escapado que su hija sería capaz de engañar a cualquier hombre. Joder, eso se llama amor filial. Mientras, recién dimitido como gobernador, Spitzer quiere "recuperar la confianza de la gente". Por ahora, sólo con observar los ojos acuchillados con los que le miraba su mujer cuando presentaba solennemente la renuncia, lo tiene jodido. Pero por qué no suponer que en un par de años pueda volver incluso a la arena polítca. Las noticias de hoy envuelven el pescado de mañana, y, si algo ama Estados Unidos, como decíamos al principio, es a los pecadores arrepentidos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

'Sarko', otra derrota dulce a lo Rajoy



Ensombrecidas por las elecciones generales en España, nuestro vecino francés (vive la France et vive le foi!) también acudió a las urnas este pasado domingo. Pocos meses después de las elecciones a la República en las que arrasó el huracán Sarkozy, la primera vuelta de las municipales ha confirmado la bajada lenta pero inevitable del fenómeno Sarko.

Como su camarada ideológico Rajoy, Nicolas ha perdido por poquito, lo suficiente para elaborar las habituales excusas, pero la dulce derrota no oculta el progresivo enpalidecimiento de la estrella de Nicolas. De ser el llamado a transformar a Francia y, en el camino, cargarse a los sindicatos, abrazarse al amigo americano y liberizar a lo salvaje la economía cual Thatcher resucitada, como pedía la portada de The Economist en 2006, a convertirse en un político zafio, inepto y chulesco apenas han mediado sólo unos meses.


Con una participación del 61%, seis puntos por debajo de las cifras finales en 2001 pero diez por encima de la que se dio en España en las últimas municipales, la izquierda ha acumulado el 47% de los votos en la primera vuelta, frente al 45% de los partidos de derecha agrupados en torno a la UMP. La diferencia, eso sí, se agranda en las elecciones cantonales con un 48-41 a favor de las formaciones progresistas (socialistas, verdes y comunistas). En cuanto a las grandes ciudades, parece claro que los socialistas retendrán París y Lyon, el feudo de Marsella está en el aire y los conservadores se han apuntado un pequeño tanto al conservar a la primera Burdeos, con triunfo del alcalde saliente Alain Juppé, que fue humillado en las Legislativas de 2007 y tuvo que salir del Gobierno. De cualquier forma, el pequeño Napoleón Sarkozy va a tener que remar mucho para dar la vuelta a la situación general en la siguiente ronda.

Aunque finalmente el descalabro del presidente no ha sido tan fuerte como preveían las encuestas, lo que nos recuerda a lo sucedido en España, donde la mayoría absoluta del PSOE prevista por muchos se fue desinflando a lo largo de la noche, la derrota de la derecha nos anima a pensar en el futuro con optimismo. Sarkozy, el político autoproclamado como renovador de la llamada decadente república, fustigador de los privilegios sociales y Atila de la inmigración en la banlieue, pierde apoyos a un ritmo imparable. Su índice de aprobación superior al 60% apenas roza ahora el 40%, y continúa acercándose a los niveles ínfimos de su amigo George W. Iraq tiene armas de destrucción masiva Bush.
Sus insultos a los ciudadanos, su forma de gobernar, encargando informes a la empresa privada saltándose a la torera la soberanía de la Asamblea Nacional, su tragicómica opereta de playboy hortera junto a Carla Bruni (que por cierto, no pudo votar por no haberse inscrito a tiempo... ¡¡jal!!) y su compulsiva necesidad de atención mediática, opacando la labor de sus ministros, le ha convertido en objeto de escarnio de la opinión pública. La histórica sabiduría del pueblo francés parece haber dictado ya sentencia: Sarko, tourne a votre maison!



lunes, 10 de marzo de 2008

IU, víctima de la autodestrucción y un sistema antidemocrático

El día después del 9-M ha dejado un poso amargo en la roja garganta de Os Bobolongos. El ajustado triunfo del capitán Spock de los socialistas y la derrota de la jauría del PP no oculta el desplome de Izquierda Unida y la desaparición de su grupo parlamentario propio. A pesar de rondar el millón de votos –unos 250.000 menos que en la elecciones de 2004-, la coalición roji-verde ha sufrido el descalabro de pasar de 5 a 2 escaños, en parte por la tendencia autodestructiva del propio partido, al más puro estilo Britney Spears. Una peligrosa tendencia a la autoinmolación que parece sacada de la vieja parábola africana de la rana y el escorpión.

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:

—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…

—¿Que te lleve a mi espalda?—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás

—No seas tonta, ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

—Es verdad. Si me picas nos ahogamos los dos. No creo que seas tan tonto como para hacerlo.

Entonces el escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Pero a mitad del trayecto, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:

—No entiendo nada... ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.

—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. Es mi naturaleza.


En IU, el escorpión ha tenido la forma de varios consecutivos coletazos. En primer lugar, la fractura y guerra civil en la Comunidad Valenciana ha precipitado la pérdida del solitario escaño en esa comunidad. En Madrid, Rosa Díez le ha birlado otro diputado a IU con su flamante formación UPyD después de los aguijonazos y el lamentable espectáculo para configurar las listas entre las mil y una facciones de IU Madrid (Inés Sabanés, ¡larga a toda esa tropa de impresentables!) . Y para terminar de hundir la daga, el tsunami del voto útil ha menguado uno de los dos escaños que defendía Iniciativa per Catlalunya.


Sin embargo, junto a las necesarias entonaciones cristianas de mea culpa, culminadas con la dimisión como candidato a las próximas elecciones de Gaspar Llamazares (¡te echaremos de menos, crack!), la tragedia interna de Izquierda Unida palidece ante la injusticia del sistema supuestamente democrático español. El diabólico sistema d'Hondt se ha enseñado aún más si cabe en esta ocasión con la izquierda real de este país. Y para muestra, un botonazo. Os Bobolongos se ha apuntado al outsourcing inteligente, y previo a la votación general encargó un sesudo estudio comparativo de lo que hubiese ocurrido en las elecciones de 2000 y 2004 si en España se votase por cincunscripción única y existiese el reparto estrictamente equitativo de los diputados en función del porcentaje de voto. He aquí los terroríficos resultados...
EL GRAN ROBO A IZQUIERDA UNIDA

Si se contasen los votos de las elecciones en una circunscripción única en vez de en 52 distintas...

Jugando un poco con los votos de las elecciones del 2000 y 2004, suponiendo que nadie hubiera cambiado su voto debido al nuevo sistema y sin poner un % de votos mínimos para conseguir diputados, los resultados hubieran sido los siguientes:

PINCHA EN LA IMAGEN PARA VER LOS DATOS CON CLARIDAD

Participación en cada caso: 2000: 69,98% / 2004: 77,21%
Participación en cada caso: 2000: 69,98% / 2004: 77,21%

Votos mínimos necesarios para conseguir un escaño: 2000: 52 circunscripciones: 75.234 / 1 circunscripción: 60.450 2004: 52 circunscripciones: 61.330 / 1 circunscripción: 69.050

Visto lo cual:

- El sistema de 52 circunscripciones beneficia y mucho a los dos partidos grandes: el PP se hubiera quedado en el 2000 muy lejos de la mayoría absoluta.

- A los partidos regionales medianos/grandes no les afecta demasiado, en contra del pensamiento generalizado.

- Destroza fulminantemente a IU, que a pesar de subir de 1.250.000 a 1.260.000 votos en 2004 baja de 8 a 5 escaños y, en ambos casos, se queda con 1/3 de los escaños que conseguiría con una única circunscripción.

- Perjudica a los partidos pequeños que optan a 1-2 diputados.

- El sistema de 1 circunscripción representa mucho mejor la proporcionalidad de los votos recibidos, pero, evidentemente, PP y PSOE no se van a poner de acuerdo para cambiar un sistema del que son los grandes beneficiados.